La violencia en la República Democrática del Congo ha provocado el desplazamiento de millones de personas, muchas de las cuales han buscado refugio en países vecinos como Kenia y Uganda.
Las mujeres y las niñas congoleñas se enfrentan a dificultades para obtener el estatus de refugiado, lo que les impide acceder a servicios de salud, educación, empleo y vivienda. Muchas viven en campos o asentamientos en condiciones de pobreza extrema y dependen de la ayuda de organizaciones locales para acceder a servicios básicos.
Farmamundi trabaja junto a cuatro organizaciones locales en una estrategia regional para la atención de situaciones críticas de salud pública, incluida la violencia sexual, causadas por la crisis humanitaria de la República Democrática del Congo. Estas organizaciones son Programme de Promotion des Soins pour la Santé Primaire (PPSSP), Foundation for Health and Social Economic Development Africa (HESED), Emesco Development Foundation y African Humanitarian Action (AHA), que centran sus esfuerzos en prevenir y dar respuesta a los casos de violencia contra las mujeres, y ofrecen atención psico-sanitaria y social a las supervivientes.
Existe una necesidad real de políticas para proteger a las mujeres, leyes que supongan soluciones duraderas, ya sea apoyando a las supervivientes en lo relativo al sistema sanitario o dotando de más recursos a las organizaciones que velan por sus derechos y las acompañan en el proceso de reconstrucción de sus vidas.
Eunice Ngwawe es la directora ejecutiva de la Fundación para la Salud y el Desarrollo Socioeconómico HESED Africa, que trabaja en Kenia con las personas refugiadas originarias de la ciudad de Aba en la República Democrática del Congo.
En HESED se preocupan por las situaciones de desplazamiento forzado y la falta de acceso a la salud en áreas rurales. Es por eso que junto a Farmamundi priorizan en Kenia la ampliación de servicios de salud comunitaria y la prevención y orientación sobre salud sexual y reproductiva, centrándose en la prevención y control del VIH/SIDA y de la violencia basada en género.
Conoce de la mano de Eunice las luchas y los logros de las mujeres en el camino para restituir sus derechos y terminar con la violencia sexual.

La violencia sexual como arma de guerra
En situaciones de conflicto, es muy habitual que las mujeres sean utilizadas como arma de guerra, como estrategia militar. ¿Pero qué significa eso?

Consecuencias de la violencia sexual
Las consecuencias son tanto físicas como emocionales. Las supervivientes arrastran sus secuelas durante mucho tiempo, ya sean problemas médicos como fístulas o secuelas psicológicas como el trauma de revivir la vivencia.

Sensibilizar y prevenir
Es importante que las mujeres, los hombres y la gente joven sepa lo que es la violencia sexual para después poder prevenirla. Además, la administración y líderes locales necesitan saber cómo actuar ante estas situaciones.

El papel de la comunidad internacional
Varios países forman parte de acuerdos a favor de la protección de las niñas y mujeres. El apoyo internacional y el cumplimiento de estas leyes políticas es esencial para garantizar los derechos humanos.

Grupos de apoyo mutuo
Las supervivientes crean redes de apoyo entre ellas mediante sesiones de grupo con orientadores. De esta manera se ayudan las unas a las otras en relación a su salud mental y social, y juntas pueden realizar actividades económicas que les permitan reconstruirse.

Medios de vida
Las mujeres llegan a los nuevos países sin recursos económicos pero con grandes capacidades. Con formación en economía básica adquieren conocimientos para poder valerse por sí mismas y salir adelante.

La violencia del patriarcado
La sociedad patriarcal legitima totalmente la violencia sexual. En muchos casos, cuando las mujeres van a denunciar los abusos padecidos, son ignoradas e incluso culpabilizadas.

Visibilizar la violencia
Además del apoyo psicológico, algunos casos requieren atención médica para tratar las lesiones físicas, infecciones o enfermedades de transmisión sexual que hayan podido sufrir como consecuencia de la agresión. Existe una necesidad de políticas reales y duraderas que protejan a las mujeres y garanticen su salud.